El estrés es una sensación que nosotros mismos creamos al reaccionar a ciertos eventos. Es la manera en la que el cuerpo se enfrenta a un reto y se prepara para actuar ante una situación complicada con enfoque, fortaleza, vigor y agudeza mental.
El orgasnismo responde a estas situaciones activando el sistema nervioso y ciertas hormonas. El hipotálamo envía señales a las glándulas adrenales para que produzcan más adrenalina y cortisol y envíen estas hormonas al torrente circulatorio. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, la presión arterial y el metabolismo. Los vasos sanguíneos se ensanchan para permitir una mayor circulación sanguínea hacia los músculos, poniéndolos en alerta. Las pupilas se dilatan para mejorar la visión. El hígado libera parte de la glucosa almacenada para aumentar la energía del cuerpo. Y el cuerpo produce sudor para refrescarse. Todos estos cambios físicos preparan a la persona para reaccionar rápida y eficazmente cuando siente tensión emocional.
Hoy en día el estrés es necesario en nuestra vida, nos hace estar alerta, en el trabajo, al volante, etc... sin embargo el exceso de estrés en el organismo es altamente perjudicial para nuestra salud, puede provocarnos enfermedades, desarreglos hormonales, cambios del metabolismo, trastornos en el sueño, angustia, ansiedad, inseguridad, disfunciones o perdida del deseo sexual, caida del cabello, sudoración, taquicardias, problemas intestinales, contracturas, tensiones musculares, dolores de cabeza y un sin fin de situaciones que podemos evitar.
Hay varias formas de eliminar estrés, practicar deporte diariamente, dormir bien o simplemente escuchar música puede ayudarnos a disminuirlo, pero pocas cosas como recibir un buen masaje vital corporal antiestrés son capaces de reducir de forma tan rápida y gratificante este "asesino del siglo XXI" de nuestro organismo.
El masaje vital corporal antiestrés, se realiza en un ambiente relajado, con luz ténue, música y aromas orientales, causando una sensación de paz tanto en el receptor como en el terapeuta, llegando a sincronizar ambas respiraciones, con ligeras presiones, amasamientos, fricciones, aplicadas siguiendo una armonía y recorriendo desde las piernas, pies, espalda, abdomen, brazos, manos, cuello, rostro, orejas, hasta el cuero cabelludo conseguiremos una sensación incomparable de bienestar y nos trasladaremos a un estado de relajación absoluto.
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