Drenaje linfático manual

El sistema linfático fue un gran desconocido durante siglos, aunque en la antigüedad los griegos en Epidaura creían en los poderes de esta sangre blanca, según el Dios Apolo (Dios de la medicina).
Los hebreos también hablaban sobre la importancia de los gánglios linfáticos y lo relacionaban con los sistemas de defensa del organismo en un texto de Philon.





Sin embargo hubo que esperar hasta después de la edad media, ya que esta época era totalmente opuesta a todo lo referido con el conocimiento del cuerpo humano, para que un fisiólogo danés llamado Thomas Bartholin descubriera en 1662 la existencia de un sistema de circulación linfático, aunque este descubrimiento no tubo mucha aceptación y hubo que esperar más de dos siglos hasta que el gran sabio francés E sappey  publicara un gran Atlas de el sistema linfático.








-La linfa. Es un líquido transparente cuyas misiones son: alimentar los tejidos, reparar, fabricar y participar en los mecanismos de defensa del organismo.  Drena y evacua los desperdicios celulares , las materias grasas y las moléculas proteicas grandes, fuera de los espacios intersticiales atraves de los conductos linfáticos.
-El líquido intersticial. Procede de la sangre y se haya fuera de los capilares, es rico en vitaminas y minerales (nutrientes) y es un verdadero "basurero" en el que los tejidos sueltan los residuos y las células muertas.
-Los conductos linfáticos. Son canales que se hallan en las pared externa de los vasos sanguíneos. Su contenido es la linfa, la cual vierten en el sistema venoso.
-Los gánglios linfáticos. Se situan en el  trayecto de los vasos linfáticos, su misión es filtrar la linfa, atrapar y destruir los microorganismos patológicos invasores.



El drenaje linfático manual, deberá realizarse en un ambiente tranquilo, con luz suave, música relajante y una temperatura agradable.
El receptor se situará en la camilla con los pies ligeramente más elevados que el resto del cuerpo, deberá estar calmado y con una respiración lenta y profunda para relajar el sistema neuro-vegetativo y favorecer así las maniobras de drenaje.
Las manos del terapeuta estarán calientes y aplicarán con suavidad y dulzura un ritmo lento de maniobras, suaves presiones, caricias y bombeos que activarán los nódulos linfáticos y arrastraran la linfa y el líquido intersticial hacia ellos, eliminando las sustancias de desecho del organismo y favoreciendo la movilización de líquidos.





Indicaciones del denaje linfático manual:
-Edemas de origen traumático.
-Edemas por intervenciones quirúrgicas.
-Transtornos dermatológicos y del aparato digestivo.
-Problemas circulatorios.
-Retenciones hídricas durante el embarazo.
-Envejecimiento cutáneo.
-Celulitis.
-Varices.
-Fibromialgia.
-Hipotensión arterial.

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